
Este film nos habla de eso, del quiebre que se va produciendo con el transcurso del tiempo y frente al cual, quizás por vivir en un mundo donde se nos cocina a fuego lento, no vamos reaccionando hasta cuando las cosas aparecen inevitables. En este caso hay un Happy End, pero no el de las tontas películas americanas, sino uno real, posible, porque aparece el verdadero héroe, el que transforma las actitudes y hace que la vida sea nueva. Creo que todos los matrimonios, moros y cristianos, deberían verla y sacar algún provecho de ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario