lunes, 5 de octubre de 2015

EL DECÁLOGO DE UNA FAMILIA FUNCIONAL

                     

1- DISPONIBILIDAD:
No sólo hay que estar dispuestos para la familia, también hay que estar disponible, porque hay problemas que sólo se arreglan en el momento en que el otro se anima a plantearlo y pide ser escuchado. Demos tiempo al otro.

2- COMUNICACION PADRES E HIJOS:
Sermonear menos y escuchar más. Hay que soltar el celular, apagar la TV, mirar a quien te habla, mirar a los ojos, expresar atención. Eso es escucha activa, que es la que sirve para mejorar la autoestima de la familia.

3- COHERENCIA EN LOS PADRES Y AUTOEXIGENCIA EN LOS HIJOS:
Uno es coherente cuando lo que piensa, siente, dice y hace es una sola y misma cosa. Como Jesús, hay que dar ejemplo primero.  Ayudemos en quehaceres domésticos y después invitemos a que los hijos lo hagan.  Actitudes de gerente no logran buenos resultados. Y a la hora de exigirles buenas notas que nos vean ser buenos en nuestro trabajo.

4- ESPONTANEIDAD EN LAS RELACIONES:
La rutina mata la vida en la familia. Y doblemente peligroso en hogares cristianos porque hay más puntos donde se cae en la religiosidad y el legalismo. El punto clave es que haya creatividad e iniciativa en la vida de pareja y eso contagiará a toda la familia. Las mejores horas deben ser para compartir con el esposo o esposa. Si hay buen humor para edificar la familia, será fácil conversar cualquier tema y no buscaremos comprensión en otros lugares ni con otras personas, de este modo los hijos aprenden su "educación sentimental" simplemente viendo cómo se tratan papá y mamá, viendo que se admiran, se halagan, se alaban, son cómplices. "Cuando sea mayor trataré a mi mujer como papá a mamá", piensan los niños entusiasmados. Eso les da autoestima.

5- ACEPTAR NUESTRAS LIMITACIONES Y LAS DE LOS NUESTROS.
Hay que conocer y aceptar tus limitaciones, las de tu cónyuge, las de tus hijos. Pero es importantísimo no criticar al otro ante la familia, no criticar a tu cónyuge ante los niños, o a un niño ante los hermanos, comparando a un hermano "bueno" con uno "malo". Eso hace sufrir al hijo y le quita autoestima. Es mejor llevarlo aparte y hablar.

6- RECONOCER Y REAFIRMAR LO QUE VALE LA OTRA PERSONA. Seamos sinceros: si tu hijo ha perdido un partido de fútbol, no le llames campeón. Ha de aprender a tolerar la frustración y, por supuesto, tú a su lado. Y comprender todos en casa que Dios nos hizo diferentes, con talentos y dones especiales, así que somos buenos en unas cosas y no en otras. Y como familia debemos reafirmar esta especificidad para entender que somos personas muy valiosas.

7- ESTIMULARNOS A SER MEJORES:
Las Escrituras nos enseñan a vivir en el Kairos de Dios (tiempo de Dios) porque ése es un tiempo de excelencia, que no malgastamos ni somos holgazanes, sino que, por el contrario, nos pone en una instancia de crecimiento siempre, en cada minuto.  Leer buenos libros, disfrutar un excelente cine, tener conversaciones más profundas nos hace crecer. Equilibrar el pensar y el sentir será muy beneficioso porque mucho del sufrimiento inútil en el mundo se produce porque en algunas ocasiones en las que deberíamos dedicarnos a pensar, nos ponemos a sentir; y en ocasiones que son para sentir, nos ponemos a pensar. Evitemos este sufrimiento inútil: hay momentos para pensar y momentos para sentir

8- TENER MUY CLARAS LAS METAS DE LA VIDA:
En Chile decimos que para el que no sabe dónde va, es muy difícil que llegue. Hay que planificar metas a corto, mediano y largo plazo y trabajar todos juntos para ayudar y potenciar a los demás. Conocer el Propósito de Dios (ser semejantes a Cristo) es clave en la búsqueda de las metas, pues en cada área de la vida nos preguntamos cómo lo haría Jesús, e imitar su conducta en la vida cotidiana nos lleva directo a la meta suprema como personas, como profesionales, etc.

9- TENER UN NIVEL DE ASPIRACIONES ALTO, PERO REALISTA
Hemos de jugar entre lo posible y lo deseable. Si aspiramos alto, nos valoraremos bien, tendremos autoestima. Pero, ¿es factible? Debemos conjugar un alto nivel de aspiraciones con la realidad de nuestras capacidades y recursos.

10-ELIJAMOS BUENOS AMIGOS Y AMIGAS
El individualismo es el cáncer de nuestros días.  Y como familia vivimos asediados por la modernidad y la alta tecnología: la tiranía del celular, internet, el cable, lejos de acercarnos a las personas, nos arrastra a vivir en solitario.  Y esto es un peligro para la edificación de amistades verdaderas.  A los individualistas no les gusta el compromiso y hacer amistades nos compromete mucho porque, al compartir muchas horas, conversaciones sinceras y cercanas, confesiones y aperturas, lleva a una autenticidad y que te apoyen y te conozcan auténticamente, que te acepten con tus fallos y potencien lo mejor en ti.
Seleccionar amigos así para ti y para los tuyos es la mejor inversión.

Una familia que trata de seguir estos principios contribuye a mejorar la estima en sus hijos y la autoestima en ellos mismos.

Y por sobre todas las cosas, recuerda esto: El Amor no es un sentimiento, es una actitud.

Dios siga prosperando tu vida.
                                              Pastor Rubén Rodríguez R.


martes, 7 de abril de 2015

¿APRUEBA DIOS LA CONVIVENCIA SIN MATRIMONIO?




La Biblia declara que “Dios juzgará a los fornicadores” (Hebreos 13:4). El término griego original para “fornicación” (pornéia) es muy amplio y engloba todo tipo de relaciones sexuales ilícitas, así como el uso indebido de los órganos sexuales, entre dos personas que no son marido y mujer. Entre los casos de porneia (fornicación) está el adulterio, el sexo con personas del mismo sexo, el sexo con animales, el sexo con muertos, el sexo anal, etc. Siguiendo este principio, Dios no va a mirar con buenos ojos que un hombre y una mujer vivan juntos, aun cuando tengan la intención de casarse después.
Por muy enamorados que estén, Dios exige que se casen antes de mantener relaciones sexuales. Si el amor es la principal cualidad de Dios y fue él quien nos dotó de la capacidad de amar, debe tener buenas razones para insistir en que solo las parejas casadas tengan relaciones íntimas.
¿Pero, qué tipo de casamiento es válido?  Porque en la antigüedad el mismo padre de alguno de los contrayentes bendecía a la pareja y estaba sellada la unión.  No existía la ley de matrimonio, ni la oficina del Registro civil, ni nada por el estilo.
Aquí conviene aclarar que el matrimonio hasta el día de hoy cumple ciertas formalidades que apuntan a la validez del acto, sea quien fuere que lo oficie:

  •  Libre consentimiento de los contrayentes, donde puedan expresar su voluntad de casarse.  O sea, cualquiera coacción o fuerza sobre alguna de las partes podría ser causal de nulidad, como el estar borracho, drogado, o impedido de manifestar su voluntad libremente, como el estar amenazado, por ejemplo.

  •   Manifestación pública de este enlace, donde todo el mundo tenga acceso al conocimiento de esta unión.  Nada entre bambalinas, con secretos, o, como decimos en Chile, “entre gallos y medianoche”. Que haya una voluntad seria de vivir juntos para siempre y no estar probando con una pareja de turno.  Eso deshonra al ser humano, lo denigra frente a Dios.

  •  Consumación del hecho; o sea, que de verdad sea una unión con el propósito de tener hijos, vivir juntos, crear una familia, ayudarse mutuamente, etc.

Entonces, yo digo que aunque no haya un matrimonio frente a la ley, por lo menos deben reunirse las condiciones que demuestren una voluntad de hacerlo bien, honrando a Dios. De lo contrario, es simple carnalidad.
                                                      Les abrazo en Cristo.
                                                     Pastor Rubén Rodríguez