martes, 12 de junio de 2012

12 NUNCAS DE UNA ESPOSA PERFECTA



1.- Nunca le diga pajarón (distraído) a su esposo cuando no encuentre algo que usted le esté pidiendo.  Recuerde que él tiene casilleros en la cabeza y puede que esté preocupado de otra cosa.
2.- Nunca lo interrumpa, en lo que él esté trabajando, para pedirle que haga otra cosa porque él ya no volverá a lo que estaba haciendo, se le va a olvidar. Por lo tanto, esa tarea va a quedar a medias.
3.- Nunca dude de él cuando, a la pregunta suya. "¿En que estás pensando?", él responda: "En nada", porque es cierto,  los hombres tenemos un casillero cerebral "de nada" y habitualmente nos escondemos en ese lugar para escapar de los problemas y conflictos que nos asedian.
4.- Nunca lo deje vigilando la comida, esperando que hierva el agua para apagar la cocina, mientras usted sale unos minutos a comprar algo.  Y si él está viendo en la televisión  a su equipo favorito, menos.  Cuando vuelva puede que no haya ni casa y él va a seguir viendo el partido.
5.- Nunca le mande señales para que él adivine lo que usted quiere, como abanicarse la cara de calor si usted desea que él le pase un vaso de agua; pídaselo derechamente, él no entiende las indirectas.
6.- Nunca se enoje cuando él, destapando la olla, le diga; “ah!, hiciste fideos...” porque él no le está cuestionando la comida, sólo está haciendo un comentario en buena ley.  No se pase rollos.
7.- Nunca trate de ser mamá de su esposo, pues lo único que va a conseguir es que él sea su hijo mayor, incapaz de tomar las grandes decisiones.  Deje que él sea la cabeza (y usted no se tiente de ser el cuello).
8.- Nunca lo deje en vergüenza delante de las visitas, teniendo poca comida a la hora de sentarse a la mesa. Tenga el doble de todo para que él se luzca y, cuando él ofrezca más a sus amigos, usted no tenga que darle un puntapié por debajo de la mesa porque no hay más.
9.- Nunca se niegue a ponerse la tanguita que él le compró pasando tanta vergüenza (fijo que se dio mil vueltas por la tienda de lencería hasta decidirse a entrar).  Póngasela para él, mire que nunca falta la amiguita buena voluntad ofreciéndose a ponérsela.
10.- Nunca lo trate de “degenerado” porque él quiere sexo cada vez que la ve en paños menores.  Recuerde que los hombres se excitan por los ojos; tampoco olvide que también son como los boy-scouts: “siempre listo”.
11.- Nunca se distraiga mientras hacen el amor, como mirando el techo mientras él está más entusiasmado; menos hacer un comentario fuera de lugar, como que el cielo raso necesita otra pintadita.
12.- Nunca de la impresión que usted sabe más en la iglesia, respondiendo todo lo que van diciendo los maestros, mientras él todavía busca el versículo en el índice.  Hágalo sentirse cabeza del hogar, honrándolo delante de todos.
Haga caso a su pastor y le va a ir bien,
                                                 Rubén Rodríguez R.