Que bueno es tener una familia donde podamos edificarnos como matrimonios. Cada vez que nos reunimos como matrimonios, al escudriñar las verdades del Señor, al oír a otros matrimonios contar sus experiencias, al compartir los testimonios, al orar por las dificultades que podamos atravesar somos tremendamente bendecidos. Gracias, Señor, por tu cuerpo aquí en la tierra.